ANOREXIA EN MUJERES ADOLESCENTES



¿Cómo se relaciona el problema de la anorexia con la sexualidad?

El cuerpo juega un papel preponderante en el desarrollo y ejercicio de la sexualidad, es en la adolescencia cuando los cambios inducidos por la pubertad comienzan a transformar los cuerpos infantiles en cuerpos adultos.
No podemos dejar de resaltar que la sexualidad se compone de varios elementos, algunos de ellos son:
Reproductivo: Supervivencia de la especie
Fisiológico: Liberación de tensiones, producción de placer
Afectivo: Define la identidad de las personas, su estima y valoración
Comunicativo: Permite establecer niveles de relación intensos y profundos
Social: Formas de relación de pareja, relaciones extramatrimoniales, permisividad sexual
Cultural: Mitos, tabúes, relaciones de consanguinidad, roles, estereotipos, etc.

Para lograr cada uno de los puntos anteriores necesitamos del cuerpo, la belleza de éste no tendría que influir, pero la verdad es que no es así, en las sociedades actuales la estética del cuerpo fundamentada en estereotipos de belleza nos ha vendido la idea de que ser bella o hermosa, trae por añadidura que un hombre fije su atención y desee contraer matrimonio solo con un tipo de mujer(reproductivo), mayor satisfacción (fisiológico), mayores demostraciones de aprecio, amor y prestigio (afectivo), mayor seguridad para desenvolverse en sociedad, extroversión para decir lo que se piensa (comunicativo) y cumplir o encajar en los estereotipos de mujer bella y exitosa (cultural). La adolescencia es la etapa en que se busca la conformación de la identidad, muchas de las veces mediante ídolos o estereotipos inalcanzables o irreales.

Conviene recordar aquí la importante presión social a la que todos estamos sometidos, que ofrece modelos triunfadores en los que la delgadez ocupa un lugar primordial, y que, difundidos ampliamente a través de los medios de comunicación, tienen un gran calado, sobre todo en los adolescentes. Sabemos que la adolescencia es un periodo evolutivo de mucha desorientación, en el que la imagen corporal, cambiante, está muy cuestionada, sujeta a actitudes muy críticas y, probablemente, es depositaria de gran cantidad de conflictos. Estas adolescentes, ante algún acontecimiento vital y partiendo de cierta vulnerabilidad biológica, debido a sus alteraciones de ideación, pueden aceptar sin crítica las ideas dominantes en nuestra cultura, la delgadez como forma de solucionar todos sus problemas, quedando atrapadas en estas ideas, rechazando su propio cuerpo y refugiándose en una imagen irreal y fantaseada, que es lo que realmente les importa. (Goñi, 2004, p. 4)

En la adolescencia la apariencia de los jóvenes cambia como resultado de los acontecimientos hormonales de la pubertad, su pensamiento cambia a medida que desarrollan la habilidad de hacer abstracciones. Sus sentimientos cambian acerca de casi todo. Todas las áreas del desarrollo convergen cuando los adolescentes confrontan su tarea primordial; el establecimiento de la identidad adulta.
La pregunta central es, ¿Quién soy yo?, es la búsqueda de identidad lo que hace a cada persona un individuo diferente de cualquier otro.
La búsqueda de personalidad se desarrolla a un máximo en la adolescencia, cuando el desarrollo físico cognitivo, social y emocional se elevan.

Identidad e intimidad son dos preocupantes que alteran los estados de ánimo (altos y bajos) que alternan en la vida de adolescentes.

Para responder la pregunta quién soy, surge otra: cómo quiero ser, para darle respuesta, los adolescentes toman modelos o prototipos a seguir. Ser delgada es para las adolescentes actuales un objetivo permanente.

En la sociedad moderna se ha relacionado la apariencia física agradable con las posibilidades de éxito y prosperidad. Dentro del tipo ideal de belleza, sobre todo femenino, la delgadez es una condición necesaria; el anhelo de adelgazar y de mantenerse delgado es un valor central en nuestra cultura lo que ha llevado a la persecución de la delgadez a cualquier precio, una verdadera tiranía del atractivo físico, lo que ha convertido a la anorexia en una epidemia, que cada vez se manifiesta en edades más tempranas.
Dicha enfermedad se manifiesta como:
La alteración de la imagen corporal (Anorexia Nerviosa –AN-), consiste en: 1) Una alteración del propio concepto corporal; 2) Un trastorno en la percepción e interpretación cognitiva de los propios estímulos interoceptivos; 3) La sensación de no control respecto a las propias funciones corporales. (García, 2006, p.2)

El DSMIV señala:

Rechazo a mantener el peso corporal
Miedo intenso a ganar peso
Alteración de la percepción del peso y la silueta
Ausencia de menstruación

Hay dos tipos de anorexia:

Anorexia restrictiva: en que básicamente se limita a “no” comer o comer muy poco y sólo ciertos tipos de alimentos con muy pocas calorías (comida dietética, productos “light”) o practicar ejercicio en forma excesiva.

Anorexia purgativa: se recurre a atracones (comer exageradamente, en un tiempo corto; ej. hasta “vaciar la refri”) o purgas (provocarse el vómito con el dedo o usando medicamentos para vomitar, tener diarrea o perder líquidos por la orina).

Existen varias causas que dan origen a ésta enfermedad.

Un síntoma consistente en la anorexia es la asociación entre alteraciones de la imagen corporal y conductas alimentarias problemáticas. De hecho, se considera que esta alteración es la principal variable pronóstica de la evolución de las pacientes anoréxicas y la que mejor predice las recaídas, aunque todavía constituye un objetivo terapéutico difícil de abordar. (García, 2006, p.3)…. También está muy documentada la relación que guardan con otras características como el perfeccionismo, el miedo a madurar, la ansiedad y la desconfianza interpersonal debido a que tales rasgos están incluidos en el Eating Disorders Inventory (EDI). (García, 2006, p.6)

Muchas adolescentes intentan llevar a sus cuerpos a la “perfección” y desarrollan la anorexia, como medio para llegar a ella, otras prefieren aceptarse como son, la pregunta aquí sería en qué se diferencian unas de otras.

Carmen García (2006) estudio a 50 adolescentes con anorexia y 50 sin anorexia, entre los 13 y 18 años para encontrar las diferencias y nos aporta datos muy interesantes.
ÿ Hay una alteración de la autoimagen, que no se debe a distorsiones perceptivas, sino a la existencia de una imagen muy fantaseada, basada en experiencias imaginarias y no en datos de realidad; estas pacientes niegan su cuerpo y se refugian en esta imagen fantaseada, que es lo que realmente les importa.

-Lo peculiar de las personas con problemas de alimentación serían aspectos emocionales y actitudinales, caracterizados por una actitud negativa extrema hacia el propio cuerpo.

- Muchas de estas adolescentes tienen una autoestima baja, se desvalorizan y tienen una visión parcial y/o alterada de sí mismas. Sin embargo, en esta investigación, no se constata que las pacientes con anorexia tengan una autoestima significativamente más baja que las otras adolescentes evaluadas.

-Lo que no es posible determinar, por los datos analizados hasta el momento, es qué tipo de fantasías predominan, qué contenidos aportan y en qué contexto.

-Otra explicación posible podría ser el que estas adolescentes estén librando una lucha, por las causas que sea, y estén utilizando el cuerpo como campo de batalla, como lugar propicio para expresar una insatisfacción.

- A las pacientes con anorexia les interesa muy poco lo que ocurre con su cuerpo real.

- La autoestima baja es algo que comparten con las otras adolescentes evaluadas. Su escasa tendencia a la introspección y al autocuestionamiento, dificultan enormemente la labor psicoterapeútica. (García, 2006, p.9,10)

Un dato que resulta sorprende es el de la baja autoestima de las chicas con y sin anorexia y su percepción de si mismas no favorable, pero lo que realmente distingue a unas de otras, es que las adolescentes con anorexia construyen una autoimagen que no existe, es decir, por un lado tenemos a un grupo de adolescentes que se miran al espejo y se perciben feas por baja estima y otros factores, pero la imagen que ven es real, solo que se juzgan duramente por no cumplir los estándares de belleza, y tenemos un segundo grupo dónde las chicas, se juzgan igual o más duramente, pero la imagen que ven en el espejo es irreal, ven una imagen creada por su mente.

Podríamos tomar el camino de la autoestima y argumentar que es el principal detonante, pero por lo que aporta ésta investigación el problema radica en el autoconcepto y otros defectos de carácter.

" El autoconcepto es el rasgo de personalidad que mayor relación mantiene con los trastornos alimentarios. Sin embargo, está también muy documentada la relación que guardan con otras características como el perfeccionismo, el miedo a madurar, la ansiedad y la desconfianza interpersonal." (García, 2006, p.10)

Es muy común escuchar entre adolescentes “estar a dieta”, vemos que las revistas, los celulares, y los productos milagro ofrecen miles de alternativas para bajar de peso, es algo tan común sentirse mal por la apariencia que quizá no llame la atención, lo que comentan entre adolescentes, hemos reducido un problema de salud a un problema estético o de vanidad pura. Mientras tanto las cifras crecen y miles de adolescentes ponen sus vidas en riesgo.

El porcentaje de población general afectado por anorexia oscila, de unos estudios a otros, entre el 0.2 y el 0.8 pero la cifra se dispara hasta el 1.3 si se toma en cuenta sólo la población femenina adolescente. La bulimia, sobre la que se dispone de datos menos precisos, se sitúa entre el 1.13% y el 1.20%, predominando entre las jóvenes adolescentes.
Se hace necesario resaltar que, aunque la anorexia y la bulimia son patologías típicamente femeninas en una proporción de 9 a 1 respecto de los hombres, se está observando en los últimos años un aumento de la incidencia de estos trastornos entre la población masculina. (García, 2006, p.1)

La adolescencia se caracteriza por ser el punto de vulnerabilidad a presiones externas más alta de la vida y hay una pérdida de la estabilidad de la imagen corporal. Los cambios físicos de la adolescencia hacen que se torne la atención hacia el propio cuerpo y se moldee una nueva relación con el “yo” corporal, de manera que es más probable en esta época que se presenten alteraciones de la imagen corporal. Es normal en la adolescencia un incremento en la preocupación por la apariencia física, consecuencia del movimiento del foco de atención y referencia hacia los grupos de pares.
En el hospital Nacional de Niños en Costa Rica (Morales Bejarano Alberto, Ramírez Walter Mora, 2004) se realizó una investigación con adolescentes con anorexia que arrojo las siguientes aportaciones:
Entre el 40 y 80 de los enfermos padecen depresión

-Se presenta con más frecuencia la anorexia (50%), que la bulimia (22.7%)-
- La mayoría de los adolescentes que la padecen se encuentra en la adolescencia temprana y media (15 y 16 años) 69%
- Su rendimiento académico es muy bueno 22.22%
- Existen límites difusos en la familia 72.73%
- Disfunción familiar en un 63.64%
- 77% presentan trastornos en el afecto y 54% trastornos de ansiedad
- 73% pasan mucho tiempo pensando en comida
- 68% realizan ejercicio excesivo
- Las partes de su cuerpo que les angustian son abdomen (50.09%), piernas (54.54%) y brazos (40.9%)

77% presentan trastornos en el afecto, éste dato también resulta revelador, el autoconcepto es una construcción que comienza a tomar forma sobre las bases de la familia, en la vínculo de las primeras relaciones afectivas con la madre o la persona a cargo, cuando existen inconsistencias o carencias afectivas, se tiene un autoconcepto pobre, se requiere del estímulo para construir una imagen positiva y segura. No es de sorprender que los datos también señalen un 63.64% de disfunción familiar.

Las chicas con anorexia requieren construir un autoconcepto real, y parece ser que el afecto y la comprensión son parte del remedio, para poder mirarse con amor así misma y aceptarse. Por supuesto que una vez detectada la enfermedad la intervención de un equipo multidisciplinario es insustituible.

CONCLUSIONES

Los factores generales que habitualmente se citan como posibles indicios de un trastorno de la conducta alimentaria son los siguientes: sexo femenino, adolescencia y preadolescencia, antecedentes personales y familiares de obesidad, hábitos alimentarios personales y familiares, práctica de determinados deportes o actividades (ballet, gimnasia), acontecimientos vitales estresantes en los dos últimos años, conflictividad familiar, conflictividad en la integración escolar o en las relaciones interpersonales, mala información nutricional, bajo autoconcepto y poca asertividad. Sin embargo, es la insatisfacción corporal la que se ha revelado como el único predictor fiable, por lo que un índice bajo de autoconcepto físico pueden utilizarse como síntoma no desdeñable de un posible trastorno alimentario. (Goñi, 2004, p.3 )

Los adolescentes necesitan modelos que seguir y de ahí nace el peligro de la generalización de prototipos que se alejan de la corporalidad normal.
La generalización de los medios ha hecho posible la propagación de los prototipos de belleza trascendiendo las barreras sociales. La publicidad está cargada de mensajes que promueven la relación entre belleza y éxito: además de que la mayoría de las modelos de las campañas publicitarias son atractivas, la popularización de la televisión y demás medios han hecho posible la unificación de esos preceptos para las diferentes capas de la sociedad.

La universidad de Lomas de Zamora (2006) realizó una investigación sobre lo que perciben los adolescentes acerca de la bulimia y la anorexia en los medios de comunicación, la mayoría de los encuestados opinaron que en los medios se proponen modelos a seguir (50%), los más populares son justamente las modelos (41%) y las actrices (21%), también cometantaron que la TV educa (59%), y que es una fuente de información (31%), el 54% dijo saber que la anorexia se padece en la adolescencia pero solo el 5% conoce la sintomatología mediante la TV.

Resulta necesario educar para la recepción, con pensamiento crítico, aprender a distinguir entre realidad y fantasía, entre lo que es posible e imposible para cada ser humano, necesitamos dotar de herramientas de pensamiento y razonamiento ante los medios a los adolescentes, para que no se dejen llevar por la mercadotecnia de la figura y la belleza material.

Otro elemento que no podemos dejar del lado son las estructuras y relaciones familiares que se asocian a una mayor presencia de trastornos alimenticios. En aquellas familias donde la crianza es restrictiva y represiva, está generalizado el abuso físico y psicológico entre los miembros de la misma (particularmente hacia los niños) y hay una ausencia de una madre totalmente comprometida con el proceso del niño, hay mayores probabilidades de que se presente la anorexia. Es decir que las tensiones familiares son un factor de riesgo importante.

Además, la presión que éste ambiente ejerce sobre el individuo da lugar a alteraciones de lo que en principio es “normal”, y a abstracciones selectivas como la creencia de que “solo puedo controlarme a través de la comida”. Los problemas de alimentación sirven de mecanismo de control en las familias en que la autonomía está prohibida. Se requiere informar a los adolescentes de los servicios y tipos de personas e instituciones que les pueden brindar distintos apoyos, así como mostrar alternativas saludables para externar sus emociones e inconformidades, dentro y fuera de la familia.

Muchos de los eventos que viven los adolescentes escapan de las manos de los y las educadoras en sexualidad, pero existen otros que si podemos abordar en espacios dentro de las escuelas, centros recreativos, cursos de verano, etc; cuando hablamos de la sexualidad, indiscutiblemente hablamos del cuerpo, cuando trabajamos con adolescentes seguramente muchas de sus inquietudes y sentimientos giraran en torno al cuerpo.

La educación en sexualidad cada vez amplia más sus horizontes, hoy se habla de la educación afectivo sexual, de coeficiente sexual, de inteligencia emocional, de las competencias socioafectivas, etc. Desde un punto de vista pedagógico afectividad y sexualidad deben estar unidas, no tanto como condición indispensable sino como objetivo deseable.

La belleza, la sensualidad, las relaciones de pareja, etc. Involucran al cuerpo, mas no necesariamente a la belleza impuesta por el medio cultural, aprender a cuidar de nuestro cuerpo es uno de los objetivos de la educación para la salud sexual, aprender a quererlo y respetarlo es parte de la educación afectivo sexual.

La anorexia es una enfermedad que se ha convertido en epidemia, y la mayor garantía de acabar con las enfermedades es la prevención, en este caso la educación es la inmunización a la enfermedad, aprender a conocer, cuidar, amar y respetar el propio cuerpo y el de los demás, es un aprendizaje que rebasa el terreno de la sexualidad a muchas otras esferas del comportamiento humano. Romper con los estereotipos de género y de belleza es una tarea compleja, más no imposible.

El cuerpo es el principal instrumento del amor, del placer y del erotismo, sólo tenemos uno, al que debemos cuidar conservando el principio de la salud ante todo.

Los seres humanos somos más que un cuerpo, poseemos cualidades intangibles, como la inteligencia, la imaginación, la creatividad, el sentido del humor, la capacidad de dar afecto, miles de cualidades que no son externas, sino internas, son éste tipo de habilidades las que podemos resaltar en los seres humanos, las que debemos enaltecer desde la infancia, para que llegada la adolescencia puedan responder las interrogantes ¿quién soy? Y ¿cómo quiero ser?, tomando en cuenta no sólo las cualidades externas, sino las internas, y éstas mismas serán las que les ayudarán a distinguir el verdadero valor y sentido de la belleza.

La belleza se refleja en la salud y bienestar del cuerpo, un cuerpo en armonía permitirá una vida sexual plena y satisfactoria.

BIBLIOGRAFIA

Gacía Alba Carmen. (2006). Autopercepción en Anoréxicas Restrictivas. Madrid. Instituto Psiquiárico José Germain Leganés. Se puede ver en:
http://www.psiquiatria.com/articulos/tralimentacion/anorexia/26363/

Goñi Grandmontagne Alfredo. (2004) “Trastornos de Conducta Alimentaría, Práctica Deportiva y Autoconcepto Físico en Adolescentes”. Madrid. Iberoamericana de Información Científica

Morales Bejarano Alberto, Ramírez Walter Mora y otros. (2004). Anorexia y Bulimia: Caracterización y Sistematización de la Experiencia de intervención de la Clínica de Adolescentes del Hospital Nacional de Niños. Costa Rica. Hospital Nacional de Niños.

Hugo Daniel Lopéz. (2006). Recepción de Información Televisiva sobre Bulimia y Anorexia. Madrid. Universidad Nacional de Lomas de Zamora.

Font Pere. (1990). Educación Afectiva y Sexual en la Escuela. Barcelona. Instituto de Estudios de la Sexualidad y Pareja. Se puede ver en:
www.ictnet.es/+iesp