Caja de condones 30 pesos… Evitar contagiarse de VIH no tiene precio


Hace poco más de veinte años el mundo fue presa de una paranoia similar a la que se vive hoy, entonces, como ahora, microorganismos patógenos sembraron el pánico en la población. Los medios de comunicación alertaron a la gente sobre los peligros de contagio por un germen aún desconocido, la alarma cundió con la aparición de los primeros casos de una enfermedad extraña y mortal.

En junio de 1981, el New York Times habló por primera vez de una rara enfermedad que consumía a sus víctimas en poco tiempo. La ciencia se puso en movimiento y tan sólo dos años después se descubrió al agente causal de esa enfermedad y se le puso nombre: virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), porque su acción debilita al sistema inmunológico o de defensas del organismo. Sin embargo, cuando eso sucedió ya miles y miles de personas estaban infectadas sin saberlo, el virus había avanzado silenciosamente durante años sin ser detectado.

En la actualidad las investigaciones han avanzado a pasos agigantados y sabemos que:

Cuando el VIH entra en nuestro organismo ataca al sistema de defensas de forma silenciosa, a medio y largo plazo, a las células que se encargan de defendernos de las enfermedades y dejando al organismo expuesto a infecciones graves y ciertos cánceres. Con el tiempo, al haberse debilitado el sistema inmunológico, la persona infectada empieza a sufrir una serie de enfermedades conocidas en su conjunto como SIDA. Cuando una persona adquiere el VIH se dice que es portadora del virus del SIDA o seropositiva y aunque no ha desarrollado aún la enfermedad sí puede transmitir el virus a otras personas.

La infección por VIH es un proceso lento que se manifiesta en varias etapas:

Primero surge lo que se llama periodo asintomático donde no hay signos externos de la infección por VIH, la persona seropositiva no nota nada, se encuentra sana aunque sea portadora del virus y pueda transmitirlo, después viene la inmunodepresión crónica: el sistema inmunológico de la persona seropositiva ha sufrido un descenso importante de sus defensas con el tiempo lo que debilita el sistema inmunológico, la persona infectada empieza a sufrir una serie de infecciones y enfermedades críticas conocidas en su conjunto como SIDA. Esta palabra tan común en el lenguaje significa Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida:
o Síndrome: conjunto de síntomas y signos que caracterizan una enfermedad.
o Inmunodeficiencia: debilitamiento del sistema inmunológico, que es el responsable de las defensas de nuestro cuerpo.
o Adquirida: no es hereditaria, sino causada por un virus.

Unas de las manifestaciones del SIDA son las infecciones oportunistas: cuando la inmunidad de un organismo es deficiente, los microbios “oportunistas” aprovechan para invadirlo y provocar infecciones graves (tos prolongada con fiebre, diarreas crónicas, parálisis, tuberculosis, meningitis, problemas en la vista, herpes cutáneo, etc.). así como algunos cánceres: Sarcoma de Kaposi (son placas o nódulos cutáneos que no sólo se encuentran en la piel, sino también en los ganglios, pulmones y en casi todas las vísceras). Los linfomas (tumores de los ganglios linfáticos), existen otras manifestaciones donde el VIH actúa directamente sobre el sistema nervioso central, causando afecciones neurológicas (pérdida de memoria, falta de coordinación, confusión en el lenguaje...).

El SIDA es pues la consecuencia final de la destrucción de las defensas que durante años ha realizado el VIH. El virus del SIDA se encuentra en todos los fluidos del organismo de una persona portadora del VIH o seropositiva: sangre, saliva, semen, secreciones vaginales, lágrimas, orina, etc. Sin embargo los únicos en los que se encuentra una concentración suficiente de VIH para poder trasmitirlo son: la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna. El resto de fluidos, aún cuando puedan contener VIH, éste se encontrará en cantidad mínima y por ello no podrán transmitir la infección.

Por lo tanto, las vías de transmisión del VIH son:
Sanguínea: tiene lugar cuando la sangre de una persona seropositiva entra en el torrente sanguíneo de otra persona. (Compartir agujas: tatuajes, pearcing y objetos personales como el rastrillo, cepillo de dientes, depiladoras, etc, contaminados de VIH). Así que evita compartir este tipo de objetos personales que entran en contacto con la sangre.
Madre-hijo/a: el virus pasa por vía sanguínea durante el embarazo (a través de la placenta) o el canal del parto. También a través de la leche materna se puede transmitir el virus. Antes de embarazarte lo mejor es que te realices una prueba junto con tu pareja.
Sexual: La transmisión sexual del VIH se produce por penetración vaginal o anal.
Relación buco-genital (sobre todo entraña riesgo si hay lesiones en la boca o en los genitales, se ingieren las secreciones o se mantienen en la boca). La transmisión se realiza a través del contacto de fluidos: sangre-sangre, sangre-semen o secreciones vaginales.

Durante las prácticas sexuales, normalmente, se producen pequeñas lesiones o heridas microscópicas en las mucosas o paredes de la vagina, pene o ano. A través de estas pequeñas aberturas el virus puede pasar a la sangre. Por lo tanto, todas las prácticas sexuales que favorecen las lesiones y las irritaciones conllevan un aumento del riesgo de transmisión. La mucosa rectal es más frágil que la mucosa vaginal, por lo que es más fácil que se produzcan lesiones en la penetración anal.
El riesgo se incrementa si se mantienen relaciones sexuales mientras se sufre alguna otra infección de transmisión sexual (porque provocan la aparición de úlceras o llagas en los genitales).
Una sola práctica sexual sin condón puede bastar para transmitir el VIH. No obstante, la posibilidad de contraer la infección aumenta con el número de veces.
Tanto el varón como la mujer pueden transmitir el virus a sus parejas. En la mujer seropositiva, el periodo de la menstruación es más infeccioso a causa del flujo de sangre.

Es importante tener en cuenta que el alcohol y otras drogas pueden alterar nuestra capacidad de decidir y pueden llevarnos a tener una falsa apreciación de la realidad y a eludir la utilización de métodos de protección.

Si ya se han tenido relaciones de riesgo lo mejor es ir a un laboratorio o centro de salud y pedir una prueba de PRUEBA DE ELISA. "Enzyme Linked Immuno Sorbent Asssay" por sus siglas en inglés que significan Ensayo Inmuno Enzimático Absorbente. Es empleada para detectar anticuerpos contra el VIH, si aparecen anticuerpos significa que la persona esta infectada. En caso de resultar positiva debe hacerse una confirmatoria llamada Western Blot, que es más especializada.

Prevenir el contagio de VIH no quiere decir que se dejen de tener prácticas sexuales o dejar de hacer las cosas que nos satisfacen dentro de nuestra vida sexual, podemos seguir practicando nuestra sexualidad tomando las debidas precauciones. A continuación enumero todas las prácticas sexuales sin riesgo, es decir todo lo que es válido y donde no hay riesgo, siempre y cuando el condón masculino o femenino se usen correcta y sistemáticamente y no se produzcan accidentes.

Por ejemplo la penetración vaginal con preservativo y la penetración anal con preservativo son igualmente placenteras ya que el material del condón es tan delgado que se puede sentir con la misma intensidad física y agregarle más intensidad psicológica y emocional al evitar estar pensando en las enfermedades de transmisión sexual y embarazos no planeados, por otra parte el sexo oral puede practicarse con preservativo para el pene o con una tela de látex que venden en las sex shops para cubrir la vagina además con esto puede agregar un ingrediente especial, los sabores, muchas marcas de condones fabrican justamente para estas practicas una gran variedad de sabores y texturas para aumentar las sensaciones agradables. El contacto con el ano boca no es la excepción es necesario poner una tela de látex para protección. También es importante comentar que los juguetes sexuales no son para compartir. Otras prácticas como la masturbación mutua, besos, caricias, abrazos, frotamientos y masajes no son de riesgo lo que quiere decir que el VIH no se transmite así.

Aunque seamos conscientes del riesgo de transmisión, en ocasiones resulta difícil exigir que una relación sexual con penetración se lleve a cabo sin riesgo de infección. Tenemos que aprender a decir NO, SI NO HAY PROTECCIÓN.

Mucha gente no usa el preservativo porque piensan que es incómodo, que quita placer, que reduce la espontaneidad, que corta la relación. Sin embargo, los preservativos están hechos de un material muy fino y suave, que apenas se nota. Y además la colocación del preservativo por la pareja o por ambos, puede resultar excitante y placentera como parte de las caricias y juegos previos a la penetración.

Aún a pesar de tener a la mano la información anterior muchas personas se rehúsan a usar el condón algunos de los argumentos comunes son: “No hay riesgo de transmisión del VIH porque mi pareja es estable y tenemos mucha confianza”, “Si digo que usemos el preservativo temo estropear la situación”, “El preservativo es incómodo y te corta la inspiración”, “Por una vez que no lo use, no va a pasar nada”, “Es complicado de poner”, “No se disfruta igual”, “Si ligo, aunque no tenga preservativo, ¡cómo voy a desaprovechar esa oportunidad!”.

El objetivo de las relaciones sexuales es disfrutar y con miedo no se disfruta. Debemos valorar lo que supone no utilizar medidas de protección, y decidir si preferimos disfrutar con tranquilidad. Muchas veces se piensa que cuando el amor aparece no se le puede decir que utilice alguna protección. Pero el amor, el cariño, la pasión y la estabilidad de una pareja, no son una vacuna.

Si la relación es estable, pocas veces se habla de qué queremos, qué nos gusta y mucho menos nos atrevemos a plantear la cuestión del VIH/SIDA. Cuando la relación es casual o temporal también resulta complicado hablar de ello. Preguntar si la otra persona se ha hecho la prueba del VIH o decir que no se desea mantener una relación sexual con penetración sin preservativo, son cuestiones que requieren, seguridad, confianza, tranquilidad, perder el miedo a que la otra persona se enfade y poder hablar sobre lo que deseamos y queremos.
El proceso de negociación sexual requiere un alto grado de comunicación sobre el deseo y la intención sexual. Sin embargo ésta, no sólo debe darse durante la relación sexual, sino antes, durante y después, ya que el diálogo favorece el entendimiento y la satisfacción.
En conclusión no basta con estar informados sobre el VIH y el uso del condón es necesario hablar con nuestra pareja sea estable u ocasional y tomar la responsabilidad de cuidar nuestra salud.