INFIDELIDAD EN LA PAREJA



CONCEPTO DE FIDELIDAD

Según comentó Díaz Loving (2003) en un artículo publicado en La Jornada “La fidelidad sólo se impuso mediante normas creadas por los varones para mantener su exclusividad, para asegurarse de que sus semillas fueran las que dieran vida a sus retoños, al grado que podría decirse que no somos fieles por naturaleza, sino por imposición de reglas. "Hace poco más de 7 mil años, antes del desarrollo de la agricultura, las relaciones sexuales con numerosas personas eran una conducta normal y aceptada, sólo había ciertas costumbres de celos, pero el patrón general era que hombres y mujeres, al tiempo que tuvieran una pareja estable durante tres o cuatro años, tuvieran contacto con otras." En el caso de las mujeres el mismo autor señala que:

Ella tiene mayor posibilidad biológica de tener muchas parejas sexuales, por ser "multiorgásmica, pero a través del tiempo se han creado una serie de normas para coartar a la mujer, y así, mediante reglas, hemos logrado hacerla anorgásmica".

La fidelidad sería pues una construcción social que se ha hecho a través del tiempo en que una pareja acuerda ciertas pautas de conducta para preservar la unión que tiene por fin dejar a un heredero las posesiones materiales que logren acumularse, siendo por ello más rígida para la mujer, pues sólo así se tendrá la certeza de la paternidad de los hijos.

CONCEPTO DE INFIDELIDAD

En sentido estricto, la infidelidad implica la ruptura unilateral de cualquier compromiso asumido consciente y voluntariamente. En esta perspectiva, cualquiera acción u omisión que afecte adversamente a algunos de los términos explícitos del contrato matrimonial o los implícitos de un convenio no legal ("pololeo", noviazgo o convivencia) podría y debiera calificarse como conducta infiel. (Martínez M. 2006), Peisekovivius, (1999) la define como: “rompimiento de un acuerdo, el resquebrajamiento de la confianza y la traición a una relación”. Morales (2006) agrega que si alguno de los cónyuges mantiene una relación de tipo sexual en secreto o si la practica aún contra la objeción del otro, esta actitud traiciona los acuerdos de ambos miembros de la pareja. Por lo tanto, la infidelidad tiene lugar cuando se da una conducta contraria a lo convenido.

Como señala Salmeron (2005) se entiende por infidelidad, relaciones extraconyugales, amantes, etc, entendemos la relación fuera del lazo conyugal que uno de los miembros establece con otra persona sea esta del mismo sexo o del sexo opuesto, y con quien obtiene algún tipo de relación amorosa -no solamente genital-, ésta puede ser a corto o a largo plazo. El tema de la infidelidad, en este sentido, no puede ser abordado como una entidad en sí misma, sino que tiene que ser entendido como una de las crisis, una de las consecuencias de las relaciones de pareja.


En esta definición Salmeron (2005) menciona otro tipo de relaciones extramaritales en donde la genitalidad no es lo primordial, tanto como la necesidad de sentirse escuchado y atendido por otra persona.

También es importante recalcar que la infidelidad no sólo se da en el matrimonio, sino también en el noviazgo.

En resumidas cuentas la infidelidad es la ruptura de un acuerdo o pacto de exclusividad sentimental y sexual entre dos personas. La mayoría de las veces en los aspectos legales la infidelidad solo se toma en cuenta cuando existe intercambio sexual.

La infidelidad sexual es la única que se juzga habitualmente con suficiente importancia como para justificar una ruptura de pareja, los sentimientos de culpa o la ira, la depresión y la venganza. Sin duda, la importancia concedida a esta infidelidad guarda relación con la importancia hipertrofiada que se concede al sexo y la supuesta estrecha relación constante con otros afectos, los que además se suponen de una magnitud prefijada, que impediría amar a más de una persona, o de un tipo tan exclusivo que se cree no podría experimentarse de forma diferente por distintas personas. (Martínez M. 2006)

Pero la infidelidad no sólo tiene implicaciones sexuales, como podría ser el hartazgo o las disfunciones sexuales existen muchos otros aspectos que se involucran como lo veremos más adelante, lo cierto es que esta práctica o conducta cada vez es más frecuente como podemos obsérvalo en diferentes investigaciones.

ESTADÍSTICAS

Fisher (1996) revisa las cifras de mujeres y hombres norteamericanos infieles, buscando los posibles cambios ocurridos a lo largo del tiempo en función de los nuevos entornos sociales. En la década del 20, Hamilton descubrió que el 28% de hombres y el 24% de mujeres había incurrido en infidelidad, mientras que Kinsey y sus colaboradores a fines de la década de los 40 e inicios de los 50 informaban de algo más del tercio de hombres y el 26% de las mujeres (antes de los 40 años de edad). Aunque 20 años más tarde los porcentajes no habían cambiado notablemente, si emergían dos fenómenos nuevos: las primeras aventuras sexuales de hombres y mujeres ocurrían más tempranamente y se daban pasos hacia la visión igualitaria de unos y otras. Datos más recientes (Wolfe, 1981) señalan que el 54% de las mujeres casadas participantes en un estudio, se habían comportado infielmente, mientras que había hecho lo propio el 72% de hombres casados. (Martínez M. 2006).

Una reciente investigación del Journal of Couple and Relationship Therapy asegura que entre un 45 y un 55% de las mujeres casadas son infieles. Para la sexóloga Janis Springs, autora de After the affaire, la infidelidad afecta a casi un tercio de las parejas. En promedio, las estadísticas de infidelidad aseguran que el 60% de los hombres son infieles, y que el 40% de mujeres les sigue los pasos. Esto hace pensar que si solo la mitad de las mujeres que son infieles, es decir un 20%, tiene un asuntillo con algún soltero, resulta que en el 80% de los matrimonios uno de sus miembros tiene una aventura. Aunque en México no existen cifras al respecto, sondeos muy restringidos, aislados y con muestras pequeñas sugieren que por lo menos 60 por ciento de las parejas consideradas estables -esposos, novios o concubinos- también tienen sus deslices amorosos con un tercero.

La infidelidad es una situación por la cual atraviesan muchas parejas, por lo cual es importante conocer sus causas, manifestaciones y procesos para superarla.

CICLO DE LA INFIDELIDAD

La infidelidad a pesar de ser "tan común" es un choque contra la integridad, se piensa que al ser descubierta pondremos fin a la relación, lo cual no siempre sucede.

Sin embargo, una vez que se descubre viene el choque emocional, el estallido de cólera, la humillación y la devaluación del sujeto engañado. Si la ruptura no aparece, entonces se forman dobles mensajes. El infiel quien cae en el arrepentimiento, primero se justifica y después exige que se le respete su tiempo y su libertad. Por su parte, el cónyuge engañado se vuelve suspicaz y anda tras cualquier pista que le asegure que la relación extramarital llegue al fin. Cae en un círculo vicioso pues aumenta su dependencia en la medida que su conducta depende por entero de "descubrir la verdad", pero ésta nunca llega por más que existan enfrentamientos con el/la amante. Morales, 2006.

El cónyuge engañado, se compara con el/la amante en físico, poder, dinero, inteligencia y muchas veces llega a identificar al amante mediante el teléfono, domicilio, trabajo, etc. Son devastadores los efectos que estas pesquisas producen en el engañado pues éste se sitúa de inmediato en un rol inferior y sin guía social alguna, Morales (2006), menciona que:

Los engañados, por su parte atraviesan situaciones inéditas como la duda entre lo prohibido, lo permitido, lo bueno y lo malo. No hay guías satisfactorias acerca del plan de acción, ya no resultan satisfactorios los modelos de las mujeres que aguantaban al varón "hasta que la muerte los separe", aunque continúa existiendo una marcada dependencia psíquica y social hacia el otro. En varones y en mujeres hay incertidumbre acerca del futuro, del dinero, de la posición, de los ataques masculinos respecto a la renuncia del estatus social actual.

La reacción de la persona engañada puede ser muy variable, las razones por las que alguien es infiel también lo son.

CAUSAS

La infidelidad es problema desgastador en una relación y una causa justificada para llegar al divorcio o a la ruptura. Algunas personas recurren al suicidio y hasta al asesinato como consecuencia del mal manejo de esta situación.
Sin duda, las causas que llevan a una persona a ser infiel no son únicas y dependen de cada persona; no obstante, existen factores que propician su desarrollo. Algunas de las causas mencionadas por Morales (2006) son las siguientes, cabe destacar que la autora aborda dicho fenómeno desde un abordaje Gestalt:


Infancia. La manera como se vivió en la infancia determina los patrones de conducta de la familia, mismos que seguirán repercutiendo en la vida adulta, sobre todo aquéllos donde han quedado asuntos pendientes como sentimientos reprimidos, conductas impuestas, necesidades infantiles no satisfechas, frustraciones, etc. Todo esto crea inseguridad acerca de sí mismo y repercusiones posteriores.
Eaker (1994) señala que:

“El vacío que se produce por las expectativas no cumplidas comienza desde temprana edad y es especialmente profundo en los que cometen adulterio. Si los padres no fueron amorosos y confiables con sus hijos, éstos pueden crecer persiguiendo el amor y temiendo a la intimidad y el abandono al mismo tiempo”.

Otro caso, es el de la sobreprotección asfixiante, de la cual el niño huye. Más tarde, aparecerá el infiel tratando de encontrar una pseudo intimidad con sus aventuras amorosas, pues huye de la intimidad absorbente que sufrió de niño. Entre los niños más seriamente perjudicados se encuentran aquellos que sufren el abandono de sus padres por divorcio, adulterio u otras causas en donde faltaron lazos afectivos de ambos padres.

Vacío. A menudo el vacío surge como una sensación de soledad, aislamiento, desesperanza o de una depresión sin explicación. Esta sensación de insuficiencia, de soledad y de temor no es agradable. Se utilizarán diferentes mecanismos para ocultar el vacío, ya sea negándolo, bloqueándolo o creando una imagen que no corresponde al verdadero sentimiento de la persona. Las personas tratan de llenar ese hueco de diferentes maneras; algunas se involucran en actividades intensas; otras, centran su atención en diferentes entes, juegos, aficiones, etc.; en peores casos, el vacío lo tratan de llenar con drogas, adulterio, infidelidad o, incluso, con el divorcio injustificado. A estas situaciones en Psicoterapia Gestalt se les llama “Gestalt inacabadas”. De ahí, vienen las inestabilidades en las relaciones de pareja y de matrimonio, y las tendencias a seguir buscando la “pareja ideal”, cuando en realidad se desconoce qué es lo que se quiere y para qué. El buscar “algo” en otras personas es una carencia propia, la persona puede buscar y seguir buscando e, incluso, culpar constantemente a su pareja de no cubrir los requisitos o expectativas que, según ella, debiera poseer.

Características y expectativas del otro. Las expectativas que cada miembro lleva al matrimonio sin haberlas comentado con el otro son causas de fracaso y dan pie a la infidelidad. Los involucrados piensan que las cosas se van a presentar tal y como se las imaginan; cuando no se dan así, llegan las desilusiones, las peleas, las demandas excesivas, rígidas o el afán de control.

• La idea de cambiar al otro . Alguno de los cónyuges, recrimina al otro por sus defectos con actitudes de rechazo, de devaluación o de represión excesiva, al grado de sofocarlo. Esto puede ser una parte rechazada de él mismo; es decir, proyecta sobre el otro las características no aceptadas de sí mismo.

• El carácter absorbente y dominante de uno de los dos . Si uno de los miembros quiere dominar la relación y el otro no cede ni se doblega, surgen las diferencias y hay peleas constantes por el poder y el control. También, se da el caso de que ambos cedan y se dobleguen. “Podrá crearse una simbiosis en aparente paz: la paz del sepulcro, tras haber anulado una personalidad”.

• Los patrones estereotipados generan imágenes convencionales sobre lo que “debe ser” un hombre o una mujer . El hombre suele concebirse socialmente como alguien hecho para triunfar, ganar, tener prestigio social, conseguir logros, obtener poder, dominio, etcétera; y la mujer como generosa, agradable, educada, sumisa, aceptante. De esta manera se forman los introyectos con respecto al papel tanto del hombre como de la mujer. El convertir los asuntos sexuales en “deberías”, “tengo que”, “tienes que”, genera ansiedad, exigencia, búsqueda de quedar bien, ser mejor, o bien, no cambiar algunos patrones de conducta sexuales, sobre todo en la mujer, pues en el sexo masculino sí son permitidos, como el involucrarse con otras mujeres. Si no se marcan desde un principio las normas y roles se crean conflictos en la relación y no se cumplen en el otro los introyectos sociales que cada uno lleva como expectativas, por tanto se crea inseguridad y falta de comunicación.

• Problemas económicos . Cuando hay desajustes en la economía se crean conflictos en la pareja y se generan frustraciones, tensiones y agresividad.

• Influencias familiares . Los familiares cercanos también influyen en la relación. Los suegros, tíos, cuñados, hermanos, etc. pueden afectar a la pareja despertando celos, intrigas e intromisiones.

• Problemas sexuales . Algunas mujeres, a la llegada de los hijos, se dedican por completo a ellos, descuidando tanto la relación con el esposo, como el tiempo dedicado a ellas. En otras, se presenta la “depresión posparto”, caracterizada por cansancio, fatiga y falta de deseo sexual. En los hombres esta situación los puede llevar a buscar la satisfacción sexual fuera de casa; en la mujer, ésta sólo llega a presentarse por disfunciones sexuales masculinas, por maltrato del esposo o por venganza de los casos en que el esposo ha sido infiel, negligente, golpeador o abusivo. Para algunos hombres, la relación sexual extramarital está relacionada con la insatisfacción sexual matrimonial; por eso, primero se involucran sexualmente y luego emocionalmente. En el caso de la mujer, resulta lo contrario, pues después de la involucración emocional, viene la sexual.

• Diferencia de valores . Los valores de cada miembro influyen en la relación; éstos dependen de su religión o creencias. Hay gente, cuya formación moral le impide llegar a la infidelidad, por no ser desleal a su pareja y, mucho menos, acepta el divorcio. Sin embargo, para algunas personas la infidelidad es una ruptura y una falta de lealtad, mientras que para otras es algo natural y llegan hasta la negación de la maldad, o actúan como si no hubieran hecho nada.

• Negación de sentimientos . Todos los problemas se presentan porque en las parejas falta comunicación; no se expresan emociones, sentimientos, diferencias, miedos, preocupaciones, etcétera; callan los problemas, pierden el diálogo y la confianza; por tanto, los malestares se guardan, repercutiendo no sólo en la pareja, sino también en los hijos.

TIPOS DE INFIDELIDAD

Se puede hablar de diferentes tipos de infidelidad, cuando éstos dependen de qué tanto estén involucrados los sentimientos, la conducta, la edad y el género de los participantes, así como lo que se espera de la relación. Morales (2006) distingue las siguientes:

a) Infidelidad por resentimiento (parejas que evitan conflictos). Se manifiesta en parejas que, al no hablar de sus diferencias, buscan a una tercera persona con quien desahogarse. Aquí, el infiel es la parte más insatisfecha en la relación y trata de ser descubierto para llamar la atención; el mensaje emitido es “voy a hacer que notes mi presencia”.

b) Infidelidad por intimar con la pareja . Este tipo de aventura ocurre después de varios años de casados, cuando aparentemente la pareja se conoce bien; pero, en realidad existe una barrera a la verdadera intimidad. Falta confianza, la relación se mantiene en guardia, aunque logra un “acoplamiento armonioso” que mantiene la distancia para hacer menos doloroso cualquier rechazo. Es común que ambos cónyuges tengan amantes y alimenten los conflictos para evitar la cercanía; en el fondo desean estar cerca, pero no saben cómo hacerlo; entonces buscan a un tercero, con quien, por falta de compromiso, la situación no es amenazante y se sienten protegidos. Esta relación es más frecuente en personas aisladas.

c) Infidelidad por monotonía . Ocurre en matrimonios con diez años o más de casados, los cuales han logrado sobrevivir, pese a los problemas y al temor de una ruptura. Así, la relación de pareja pasa a un segundo término y la disfunción familiar queda canalizada sólo en uno de los cónyuges, quien se vuelve sintomático. Ambos esposos se pueden preocupar por sus hijos y ser exitosos, pero no toman en cuenta los propios sentimientos ni la relación entre uno y otro. Sólo importan los hijos, la casa, el trabajo o, al menos, eso piensan. Cuando alguno de los cónyuges cae en un vacío o en un momento depresivo y busca una solución, generalmente un tercero viene a aliviar la situación; esto se da más en los hombres, sin embargo, para ellos mantener una relación extramarital resulta peligroso emocionalmente, pues en su mente significaría renunciar al mito de la familia perfecta.

d) Infidelidad como escape . Se involucran personas que, al no sentirse a gusto, no son capaces de romper con una relación que no soportan. Por tanto, el infiel pretende hacer público su romance, con el fin de acelerar la separación. Sin embargo, no en todos los casos logran conseguir su propósito, pues el otro permanece fiel a pesar de todo; las aventuras concluyen en poco tiempo, después de haber logrado su objetivo.

e) Infidelidad para mantener la paz . Hay quienes desean mantener su matrimonio, pero buscan a un tercero, el cual les dé lo que su pareja no puede ofrecerles. Este tipo de relación al parecer es tranquila, porque para mitigar su culpa demuestran a su pareja complacencia, son hacendosos, responsables, generosos; como si todo marchara bien.

f) Infidelidad por insatisfacción . Cuando las personas van de los brazos de una a los de otra para llenar su vacío. Ante una situación de este tipo, cuando se llega a dar el divorcio, el infiel no permanece solo por mucho tiempo, pues le es muy difícil adaptarse a la soledad. Generalmente, este tipo de infidelidad es heredado a través de patrones familiares.

g) Infidelidad ocasional . Estas relaciones se originan en situaciones específicas de un día y por única vez, en reuniones, fiestas de fin de año, entre otras. Se llegan a dar bajo efectos del alcohol u otro estimulante y se argumenta: “no me di cuenta de lo que hice”. El sobreentendido, por parte de los involucrados, es que su interacción sexual es “sólo por esta vez”. Las expectativas están predeterminadas y resulta claro que no hay compromiso por ninguna de las dos partes. Por ello, tiene menos peso, no se involucran los sentimientos, sino otro tipo de necesidades, como la sexual, deseo de validar la hombría, gozar del atractivo físico o sentirse más joven.

h) Infidelidad por enojo y venganza . Es de corta vida, pero tiene un importante potencial de convertirse en un asunto a largo plazo, sobre todo en las mujeres, quienes con el afán de no ser descubiertas, ven a su pareja sólo una vez a la semana o al mes. Se presenta cuando alguien busca una aventura como medio para desquitar su enojo.

i) La infidelidad por aventuras bisexuales masculinas . La cometen hombres casados que son predominantemente heterosexuales, pero ocasionalmente sienten el impulso de tener relaciones homosexuales, como un medio de explorar su sexualidad de una manera diferente; o bien, de hombres heterosexuales que son en realidad homosexuales encubiertos y utilizan el matrimonio para ocultar sus verdaderas preferencias sexuales. Pueden tener o no relaciones con sus esposas y encontrar formas para evitar el sexo marital. Generalmente, cuidan de no ser descubiertos para mantener su prestigio.

j) La infidelidad por aventura bisexual femenina . Se busca con el fin de explorar la sexualidad por primera vez entre amigas. Ocurre bajo circunstancias especiales como: asistir a un congreso, vacacionar juntas, etcétera. Se inician de corto plazo, pero pueden prolongarse, dependiendo de las expectativas y los sentimientos involucrados.

UNA VEZ DESCUBIERTO

Tordjman menciona que depués de "conocer la verdad", este tema puede consolidar la relación siempre que se hable del por qué y no del cómo, pues la pareja podrá estrechar aún más sus lazos. Es necesario iniciar la metacomunicación y salir del estereotipo de engañado contra engañador para superar la crisis, el mismo autor considera al adulterio"... una verdadera prueba de fuego de la pareja: destruye aquellas en las que falta amor, y consolida las demás". Mientras tanto Eaker (1994) dice que el problema de la infidelidad puede ser manejado a través de una verdadera vivencia de sentimientos, donde se incremente el sentido de responsabilidad y viviendo el aquí y el ahora; esto, tanto en el caso del infiel, como en el caso de quien la sufre. Para lograr una reconstrucción de la relación es preciso tener en cuenta que: “no se puede perdonar y reformar la vida mientras nos domine el resentimiento, la amargura y el dolor”. (Eaker, 1994:158)

Pero la mayoría de los casos al no contar con la asesoría adecuada termina en divorcio o en permanecer en relaciones muy destructivas, ya que aunque sólo un miembro de la pareja tenga la aventura, ambos resentirán consecuencias, como las siguientes :

• Se debilita la unión y la relación. Después de una infidelidad algunas personas se divorcian, otras se mantienen acusadas y castigadas por el resto de la vida matrimonial..

• Al tener una aventura se cae en desamor; es decir, el amor pierde valor, algo que era importante se devalúa.

• Se tienen ideas obsesivas con respecto a saber cómo es la persona con quien fue traicionado, las razones de la pareja para incurrir en la infidelidad, por qué aquélla es mejor, dónde, cuándo y con qué frecuencia se ven, si es más joven, etc.

• Hay quienes lo asumen con tanta naturalidad que es “como si no hubiera pasado nada”; sus actitudes son de “esperar y olvidar”; escasamente piden perdón y no sienten culpa.

• Existe resquebrajamiento de valores, como la confianza y la honestidad.

• Repercute y afecta a los hijos de manera consciente e inconsciente; un niño ante esta problemática, percatándose de ella abiertamente o no, puede crear temor al abandono, falta de confianza, vergüenza y culpa, pues, de alguna manera, se siente responsable de ello, sobre todo si llega a presenciar peleas de sus padres.

• Resulta un golpe fuerte al respeto y a la autoestima del individuo traicionado. El enfrentar esto ante la sociedad le puede ocasionar meses o años de amargura.

• Aunque la infidelidad no construya la causa del divorcio, sí es determinante. “El marido o la mujer que ha tratado de permanecer monógamo en un matrimonio que se ha deteriorado, seguramente experimenta un fuerte choque moral al descubrir que su cónyuge está envuelto en una relación extramarital”. (Peisekovicius, 1999, p.107). Esto se da cuando verdaderamente se cree en el matrimonio como valor, pues también existen parejas, sobre todo la mujer, que con tal de no perder apoyo económico, prestigio social o alguna gratificación, permanecen en la relación, aun cuando se viva en desamor, malos tratos, indiferencia. Para el hombre resulta mucho más difícil permanecer en la relación cuando ha sido traicionado.

Si pensamos en victimas y victimarios el problema se torna más complejo, Morales (2006) recomienda abordarlo desde la óptica de responsables. Ambos miembros de la pareja deben asumir su responsabilidad acerca de sus acciones, pensamientos y sentimientos. Atender más el aspecto emocional que el intelectual; las necesidades propias y no a los “deberías” y formas de actuar que la sociedad impone; por lo tanto, es conveniente aprender a disfrutar más la vida, aceptando la verdad de lo que realmente ocurre en su relación, para ello es muy importante conocer los introyectos según Polser (1994):

Conocer los introyectos manejados por cada cónyuge, trabajar con lo propio y desechar lo que no les pertenece, lo cual además no está siendo funcional en este momento, por querer cubrir las necesidades de la sociedad. “Así la entidad extraña rige al sujeto, manteniéndolo incómodo, propenso a desviaciones y rebeliones inesperadas, frustrando cada vez que sus sistemas de valores de segunda mano resultan incompatibles con sus necesidades presentes, la persona que se ha tragado los valores de sus padres, de su escuela y su sociedad requiere que la vida continúe siempre igual”. (Polster, 1994 p.81)

El mismo autor menciona la importancia de la empatía ya que implica aceptar a la persona por lo que es ella, sin decir “debería tener”, “si su aspecto fuera”, “debería cambiar su carácter”. Se relaciona con los introyectos, pero si esto lo trasladamos a la relación de pareja, para poder lograr el proceso de la aceptación del otro, requiere reconocimiento propio, aceptación a sí mismo y al otro, sin desear cambiar nada.

Otros elementos que menciona Morales (2006) como necesarios para superar una infidelidad son:

Proyección. Tiende a presentarse comúnmente en la persona infiel, cuando ésta proyecta en su pareja, o en cualquier otra persona, la infidelidad.
Perdón. Cuando la persona fiel logra perdonar, entonces podrá hablar de su propia ira, amargura, decepción, resentimiento, etcétera. Los sentimientos presentes difieren en las personas dependiendo del sexo, edad, etapa en que se viva.

Lo que es importante recalcar en este último punto es que no debe confundirse con resignación, es decir, tomar la decisión de seguir con la relación implica el perdón, puesto que por las condiciones económicas y por algunos estereotipos de género muchas personas, sobre todo mujeres “perdonan” la infidelidad por miedo a las carencias económicas o a los señalamientos sociales, tal como lo podemos ver en la investigación realizada por Ótalora (2004) quien se centro en el significado que le atribuían a la infidelidad tanto hombres como mujeres pertenecientes a familias populares de un barrio de la ciudad de Caracas.

La infidelidad se vive de manera diferente en hombres y mujeres, siendo más tolerada en ellos que en ellas. Los resultados del estudio realizado sobre la construcción de la infidelidad en Perú (Cáceres y otros, 2002) indicaron que la mayoría de las mujeres entrevistadas de todos los ámbitos –con y sin experiencia de infidelidad por parte de sus parejas–, tenía la explicación arraigada de que el hombre es infiel por instinto, que la infidelidad es parte constitutiva de su naturaleza y sólo necesita el elemento apropiado que la estimule. En las mujeres de los sectores populares que participaron en dicho estudio, se evidenció una autoculpabilización respecto de la infidelidad masculina, afirmando que la gran promotora de la infidelidad del hombre es la mujer. (Otalora, 2004, p.76)

Al ser descubierta una infidelidad por la mujer muchas veces esta calla por miedo a perder la manutención de los hijos al correr al hombre de la caza, ella teme quedarse sola.

En algunos casos, la mujer tolera la situación y sostiene una relación compartida, lo que no es otra cosa que establecer una especie de tregua alimentada por la esperanza de una reconciliación o con el propósito de postergar el abandono. Cuando este es el caso, la inminencia de la separación, la realidad del abandono, ocasionan en la mujer abandonada un menoscabo en sus esperanzas e ilusiones de vida, merman su interés por la lucha, el duelo de la separación se prolonga en el tiempo y condiciona la selección de una nueva pareja. No obstante la experiencia dolorosa, ante la posibilidad de desandar el camino recorrido, la mayor ilusión de una de estas mujeres se coloca en volver nuevamente con la pareja abandonante. (Otalora, 2004, p.93)

Mientras que los hombres emplean otro tipo de estrategias al descubrir infidelidad en sus esposas:

Una certeza, confirmada por varios de los entrevistados: cuando el hombre sospecha que es sujeto de infidelidad apela o puede apelar a un recurso seguro y contundente que siempre tiene a la mano, el maltrato a la mujer. Es a través de los golpes que la honra se limpia, pero con este acto también se reduce la amenaza de la traición. Con el maltrato se intimida a la mujer y se garantiza su total sumisión, comportamientos, por lo demás, altamente valorados culturalmente. (Otalora, 2004, p.90)

Podemos observar como la infidelidad es más tolerada en los hombres que en las mujeres, éstas en su mayoría permanecen con la pareja infiel debido a los mecanismos de opresión social.

La situación contraria, es decir la infidelidad de la mujer, en este estudio, fue severamente condenada en el marco de una sociedad patriarcal con fuertes mecanismos de control social, mientras que ellas por su parte toleran resignadas la infidelidad, pues comparten la noción de que la mujer nació para sufrir. Esta actitud de aceptación resignada de la infidelidad, según los autores, responde a factores socioeconómicos y culturales y se debe, por una parte, a las condiciones en las cuales se constituyen las parejas y, por otra, a las relaciones de dependencia económica, social y emocional. (Otalora, 2004, p.78)
Ótalora (2004) menciona que “Lo económico determina en buena medida la duración y estabilidad de las parejas, factor que marca con mayor fuerza los estratos económicamente desfavorecidos y que pudiera hacerlos más vulnerables a la ruptura. Aunque este fenómeno también puede darse en clases sociales de mayor nivel económico dónde la ruptura representa perdida de status y de poder adquisitivo.

Existen muchos factores internos y externos que pueden influir en una persona para permanecer con una persona que ha sido infiel sin que necesariamente permanezca por un vínculo de amor, por ello es necesario identificarlos para asegurarnos que verdaderamente es un acto de perdón y no de resignación.

CONCLUSIONES

La infidelidad, tanto la sexual (a la que se inclinan más los hombres) como la romántica ( a la que tienden las mujeres), tiene la capacidad de reafirmar a ciertas parejas, tiene sus "claroscuros". Díaz Loving 2003.

El mismo autor señala que "Para decir qué tan mala o buena es la infidelidad, primero habría que preguntarse qué tan buena o mala es la relación, si es mala, a lo mejor era tiempo de que se rompiera, pero si es una buena relación, muchos reaccionan dándole una nueva vivacidad, reencuentran a su pareja. Y aunque para algunos parezca difícil de entender a veces se acaba con las vidas monótonas, reavivan la pasión, y es que muchos dicen que la tumba de la pasión es la intimidad cotidiana, porque para sentir pasión uno tiene que sentir emoción, tiene que ser sorprendido."

Tampoco hay que dejar del lado lo que señala Juan Luis Alvarez-Gayou “Nadie satisface 100 por ciento las expectativas de otra persona, en ninguno de los planos, incluido el sexual".

La vida en pareja no es un asunto fácil, las causas por las que se puede ser infiel quizá sean innumerables, tan numerosa como los conflictos que atraviesa una relación, la infidelidad puede ser la punta del iceberg, debemos mirar debajo del agua e identificar los paraques de la infidelidad y así trabajar los verdaderos problemas que la originaron.

BIBLIOGRAFIA

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Morales Gutiérrez Fabiola (2006). La infidelidad Conyugal. Universidad

Ótalora Montenegro Cristina y Mora Leonor Salas. (2004). La familia popular venezolana: el significado de la infidelidad en el contexto de la pobreza. Cuadernos del CENDES. Año 21. N. 55. Instituto de Psicología de la Universidad Central de Venezuela y Consejo de Desarrollo Humanístico de Venezuela.

Peisekovicius, Raquel (1999). Hasta que la otra nos separe: los laberintos de la infidelidad. México, Cimar Editores.

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Salmeron Garcia Beatriz Hilda. Infidelidad, causa o consecuencia de la crisis de pareja. Disponible en:
http://fcmfajardo.sld.cu/jornada/conferencias/infidelidad.htm

Tordjman G. La pareja, realidades, problemas y perspectivas de la vida en común. Ed. Grijalbo. México, 1989

CURIOSIDADES SOBRE JUDEOCRISTIANISMO Y SEXUALIDAD


• Tanto en Sumeria como en Egipto y después entre los Hebreos, la sociedad fue edificada por los hombres.
• Las mujeres hebreas tenían menos participación que las Babilonias y un poco más que las Egipcias. Podían poseer propiedades (aunque rara vez lo hacían). Por propia decisión podían ser sirvientas, cocineras, panaderas e incluso en los primeros tiempos, ser prostitutas y nada más.
• La esposa hebrea se le daba el privilegio de compartir los favores de su esposo con una o más esposas secundarias y concubinas, es que él se divorciara (ipso-facto) si ella lo ofendía, y se apedreada hasta la muerte si era infiel.
• La poliginia era muy generalizada entre los hebreos hasta el siglo I D. C. Joséfus, el historiador hebreo, decía: “es nuestra antigua costumbre lo de tener muchas esposas simultáneamente”. El Rey Salomón (955-935 A. C.) se decía que tuvo 700 esposas y 300 concubinas. Al parecer los problemas domésticos se reflejaban por el nombre dado a la esposa secundaria: SAROT que significa asociada celosa.
• En general la mujer, fuera Asiria, Babilonia o Hebrea, era propiedad del padre en la infancia y después del esposo.
• En Mesopotamia como entre los Hebreos, los matrimonios se realizaban cuando la mujer tenía 11 ó 12 años.
• Menstruación: Tocar la cama, la silla o ropa de la mujer era contaminarse. Emisión nocturna: hacía al hombre impuro por siete días.
• La circuncisión fue común entre los Egipcios y después entre los Mayas y los Incas, pero fue hasta que los Hebreos la convirtieron en artículo de fe que se hizo común en Mesopotamia, después se trasladó su realización a la infancia, se hizo obligatoria y así un rito pagano se convirtió en un símbolo del vínculo de Dios con el pueblo Judío.
• Gran preocupación por los testículos. El Deuteronomio castiga a la mujer que lastime los testículos de un hombre, cortándole la mano.
• La ley también castiga a quien lesionara a una mujer embarazada (ojo por ojo)
• Aunque el aborto no era aceptado entre los Asirios, sólo los Hebreos legislaron contra este.
• El historiador del siglo I, Joséfus dijo: “La ley no reconoce otra unión sexual no reproductiva: la homosexualidad es castigada con la muerte, en la zoofilia se da pena de muerte al hombre y al animal.
• En ocasiones la anticoncepción era aceptada pero en el año 300 a. C. los judíos tuvieron que dispersarse a nuevas tierras y entonces las familias grandes eran un peligro y se aceptó la posibilidad de la anticoncepción. Sin embargo, la Torah (1º de los 5 libros del antiguo testamento) condena el coito interrumpido y la responsabilidad de la anticoncepción recae en la mujer.
• Onán desafía la Torah por lo que muere fulminado.
• Levirato
• Tabú de la desnudez (levítico 18, 7-18) “Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez”.
• Por otro lado durante los confusos años 400 a 1 000 D. C. las poblaciones cambian, los gobernantes y la paz de Europa igualmente cambiaban. En medio de esto la Iglesia Católica, como dice Tawahill (1982): “con su mensaje Galileico injertado de Realismo babilónico, Absolutismo hebreo, Platonismo griego y Materialismo romano, sobrevino y se expandió como una fuerza cohesiva en un mundo inestable”. En todos sentidos, incluyendo el militar por las cruzadas, la Iglesia católica se mostró como la sucesora de la Roma Imperial.
• Bajo otras condiciones políticas la moral cristiana no hubiera tenido tanto desarrollo y penetración en el mundo occidental.
• Hubo 2 factores en la Europa posterior al colapso de Roma que coadyuvaron a esto: a) la ausencia de leyes impuestas por un estado y b) el analfabetismo imperante.
• La ley moral que la Iglesia propugnaba y que se respaldaba en amenazas del infierno (poderoso y temido castigo) era universal (válida para el pueblo o la ciudad y en cualquier país). Así, a través de los siglos la moralidad cristiana se diseminó a la vez que adquirió autoridad social y religiosa.
• Pero ¿cuál era esta moralidad?
• Moralidad basada en 3 fuentes principales: partes del antiguo testamento, el nuevo y los comentarios, interpretaciones y meditaciones de los pensadores cristianos respecto a dudas en los textos fundamentales.
• Los padres de la iglesia, con sus grandes capacidades fueron humanos cuya experiencia tenía límites. De haber habido mayor alfabetismo hubiera habido discusiones a sus textos y se hubieran dado modificaciones. Además, lo único escrito se encontraba y hacía en los monasterios, donde los escribas copiaban todo lo ortodoxo; lo no ortodoxo simplemente no existía.
• Como resultado las palabras y conclusiones de los Padres de la Iglesia permanecieron sin ser atacados y se volvieron inatacables.
• Sus deliberaciones, a menudo producto de una visión muy personal y prejuiciada de la vida y la sociedad adquirió un aura de verdad reveladora y su moral adquirió un estatus de absolutismo.
• Lo que hoy en día entendemos como pecado se debe principalmente a San Jerónimo y San Agustín y no tanto a las enseñanzas de Jesús de Nazareth o de las tablas del Sinaí.
• En el siglo I, San Pablo sentó las bases de que el celibato era mejor que el matrimonio cuando se vio forzado a conservar a la comunidad cristiana de Corinto.
• Tertuliano, Jerónimo, Agustín y San Pablo fueron los que mayor parte hicieron a las subsecuentes ideas respecto a la sexualidad.
• San Agustín consideró que el coito era repugnante, Arnolio le llamó sucio y degradante, Metodio indecente, Jerónimo sucio, tertuliano vergonzoso, Ambrosio profano.